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Una vez nos hablaron de Granja Siquem, solo nos habían dicho que pertenece al Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo y que estaba en Río Cuarto. Andábamos por Córdoba sin saber a dónde ir y recordamos este lugar. Nos pusimos a imaginar cómo sería una granja llena de chicos y nos tuvimos que ir para allá. Llegamos re de improviso para ellos y para nosotros. Nunca habíamos visto un lugar tan bien habitado. Nos recibieron muy bien.
Es un espacio para chicos de los que la sociedad no quiere hacerse responsable. Pero Pato y Manu que son los que gestaron y viven en este lugar, hacen de éste un mundo diferente, realmente ahí se siente que se pueden hacer cosas con un poco de tierra, de ganas y de organización. Se siente en el aire que estamos parados en un pedazo de carne de la utopía.
Todas las noches salíamos a caminar por el campo. una vez al ver la luz de la ciudad proyectada sobre las nubes que cubrían el cielo sentí ser un cuerpo diminuto ante el universo.
Las nubes cubrían casi todo. Parecía una piel de tierra cuarteada.
En la separación entre nube y nube se veía a la oscuridad y a las estrellas.
La ciudad de lejos era algo animal. Como una célula que crece y come a través de nosotros a la tierra, y sigue así juntando energía. Los pobres son como sus parásitos. Los camiones y las rutas, la forma carnal de alimentarse entre ellas.
Creo que es la fuerza de un día de trabajo descansando en la noche oscura la que hace pensar estas cosas.
La palabra "siquem" dicen que viene del arameo y significa "hombro" o "dar el hombro". Esta es una pequeña comunidad que brinda espacio a los perseguidos por los imperios de células que nos quieren obligar a que les sirvamos en bandeja a la vida de la tierra.
Había hambre y me dio ganas de comer una estrella pero la responsabilidad lo impidió porque en la utopía todo se comparte.
Así que ahí estábamos, aprendiendo que solamente si cambiamos nuestra relación con la tierra se hace la revolución.
"Podemos y debemos construir la primavera"
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